Según yo, con el firme respaldo de la Real Academia Española (RAE), cantante es el que sabe cantar, pintor el que pinta y escritor el escribe. Y como escribir me lo enseñaron desde el sujeto, verbo y predicado, siempre que brota la pregunta (con algún cliente, usualmente): ¿y haces algo más aparte de tatuar? Sí, respondo listo, tatuador de oficio, periodista de profesión y escritor “cuando se da”. Y la mayoría se sorprende, aún no sé si es porque no es tan común conocer a un periodista o escritor hoy en día o, porque no pueden creer que el “muchachillo” que les está haciendo el tatuaje de la frase que vieron en Pinterest, haya abierto un libro o hecho una licenciatura. Tristemente, siempre me da la impresión de que es un poco de ambas. 

Lo que no saben, es que la pesada carga de mi “ser escritor” está en el “cuando se da”. Porque si yo les contará, que para sentarme a escribir lo que están leyendo en este momento, tuve que sacar a los perros tres veces, hablar con mi abuela casi dos horas sobre los libros de Caballo de Troya, otros varios minutos al teléfono con la chica que a veces me suelta besos y le invito el cine, tragarme dos bananas y un yogurt, fumarme dos cigarros, sacarme un par de puntos negros de la nariz, ponerme la pijama, gotas de manzanilla en los ojos porque ya no los aguanto, sacar a los perros otra vez, porque tengo una cachorra de dos meses y no quiero levantar cacas del suelo de mi cuarto por la mañana, hacerla de barman porque es viernes y los viernes se antoja un whisky, otro cigarrito pa’ la digestión, cargar la laptop porque la batería ya no da una, buscar la playlist indicada, perderme en TikTok, porque es lo de hoy y subir un par de instastories huecas, para por fin decidirme a abrir el documento de Word y teclear cualquier babosada. Probablemente no me lo creerán, pero me salté algunos verbos que creí indiferentes en la lista.

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Fotografía por Jesús Soto Fuentes de nuestra editorial “La euforia del verano en la ciudad” con Claudio Rocca.

Y entonces recuerdo, que tengo que mandar mi texto a la editora, porque quiero que me sigan publicando en la revista. Y por unos segundos, eso resulta ser suficiente para sentirme Felipe Restrepo, Elvira Lindo o Daniel Jones en sus inicios, sean cuales sean. Y así, reafirmo que por muy tendido que sea el trayecto al escritorio, a veces si se da eso de ser escritor. 

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