Aún recuerdo mi primera experiencia con la cruda moral. Eran los gloriosos años de preparatoria, el último semestre, para ser exactos. Habíamos organizado una bienvenida para unos alumnos de intercambio y para variar, las chelas hicieron de las suyas.  Cerca de las 3:00 am, me encontré marcand

La conocí en un festival de jazz por ahí del 2018. Ella era una mesera de ojos lindos y yo un estudiante de periodismo, que en lugar de hacer su reportaje, se echaba miradas con la mesera de ojos lindos.  Compartimos un par de cigarros, bailamos swing rodeados de un montón de hombres bigotones y