El arte y la moda han estado unidos desde siempre; pero hay ocasiones donde la unificación de ambos se convierten en piezas legendarias, con historia y una esencia propia que nos cautiva y nos genera un interés por la conexión entre el diseñador y el artista. 

Las colaboraciones son proyectos ya habituales cada temporada para las marcas y aunque se han posicionado como una tendencia actual en la industria, siempre han estado presentes. Tal vez las razones detrás de estas colaboraciones han cambiado y ahora se busca más un beneficio comercial que inspiración o trascendencia, pero el resultado y el proceso creativo no difiere tanto y el producto final sigue siendo único. 

En este sentido, no solo el elemento visual del trabajo del artista en la colección es importante, también lo es el poder de la prenda, de llevar esta obra a donde quiera que el usuario vaya. Por ejemplo, hace años cuando Louis Vuitton colaboraba con Takashi Murakami. Yo nunca había visto un trabajo de Murakami en persona, pero si llegué a ver muchas personas usando las piezas de esas colecciones. Lo mismo pasa con Daniel Arsham. Jamás he visto una de sus esculturas en persona, pero si llegué a ver, de manera reciente, a una persona usando una prenda de su colaboración con Dior Men. 

Es ahí donde la prenda, por muy simple que sea, deja de ser un artículo de vestimenta y se convierte en un medio de difusión artístico. La obra deja de estar físicamente en un solo lugar, en un museo o una galería para estar en miles de sitios alrededor del mundo gracias a una prenda.

Y sí, podríamos decir que esto también pasa con souvenirs de museos, libretas, libros, etcétera… pero una prenda es diferente. La hacemos parte de nuestro cuerpo, de nuestra esencia, de nuestro estado de ánimo y de nuestro estilo. La combinamos, la cambiamos, la usamos de distintas formas y se vuelve parte de nosotros. Y ¿qué mejor herramienta para propagar una obra de arte que algo con lo que nos identificamos y disfrutamos?

Y aunque es complicado elegir las mejores colaboraciones entre artistas y diseñadores, sí podemos presentar algunas que destacan por su historia, diseño o proceso creativo:

Schiaparelli ft. Dalí 

Aunque el “vestido langosta” no fue el único artículo en el que trabajaron juntos, sí fue el más recordado e incluso, Bertrand Guyon, ex director creativo de Schiaparelli, realizó una reinterpretación de ese mismo vestido para la colección Primavera Verano 2017.

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Lobster Dress de Elsa Schiaparelli y Salvador Dalí.

Louis Vuitton ft. Takashi Murakami 

Todos vimos alguna vez el monogram multicolor de Louis Vuitton presente por años. Desde 2003 hasta 2015, esta colaboración fue la más longeva entre el artista japonés y la casa de moda, que además, trabajaron juntos en otros proyectos como Monogramouflage y Cherry Blossom.

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Reinterpretación del bolso ‘Alma’ en la colección Monogram Multicolore de Takashi Murakami y Louis Vuitton.

Alexander McQueen ft. Damien Hirst 

En 2013, la firma británica y el artista colaboraron para una serie de pañuelos. La fascinación de Damien Hirst por la taxidermia y la muerte, le permitieron rendir un tributo increíble a la emblemática calavera McQueen, logo de la marca.

Dior Men ft. Hajime Sorayama

En 2018, esta colaboración presentó elementos futuristas que hacían referencia a las ilustraciones y esculturas de Sorayama. Un fembot de 12 metros de largo era el centro de la pasarela, la escultura más grande que ha hecho el artista japonés. 

Maison Margiela ft. Benjamin Shine 

John Galliano presentó en 2017 una colección en colaboración con Benjamin Shine, quien diseñó, a mano, las siluetas y rostros hechos de tul que eran parte de ciertas prendas.

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Maison Margiela y Benjamin Shine.

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