El futuro siempre ha sido la gran incógnita a lo largo de la humanidad. En este, pueden caber un infinito de posibilidades que le permiten a nuestra mente imaginar un mundo de fantasía en donde una sociedad utópica puede no ser tan irreal y lejana de lo que pensamos.
Liderada por Paul Andrew, para Salvatore Ferragamo la visión del futuro nos permite alejarnos de la “gravedad que el pasado ejerce”. Y dicha visión fue el concepto detrás de Future Positive, la nueva colección de la firma italiana para Otoño/Invierno 2021: un mundo muy alejado del presente, basado en la visión futurista que algunos cineastas crearon: Gattica de Andrew Niccol o The Matrix de las hermanas Wachowski, las cuales funcionaron como base de la imagen de esta temporada que el diseñador inglés imagina y nos permite ver.

Foto: Cortesía de la marca
“Para esta temporada […] el objetivo era diseñar una colección que vea el presente a través de un prisma del futuro, dando rienda suelta a una multitud de nuevas perspectivas. Los clásicos de ciencia-ficción anteriores al nuevo milenio como Gattaca, Hasta el fin del mundo y The Matrix, fueron influencias cinematográficas: imaginaciones pasadas del futuro que han dado forma al ahora”, explica Andrew.
La colección fue presentada dentro de una “nave espacial”, donde el espectador tiene la visión de una pirámide de cristal al centro de una habitación y con vistas a una ciudad tan futurista, que sería divertido tratar de adivinar en qué año se proyecta. De un túnel con luces blancas, que nos recuerda aquel por el que caminó Ethan Hawke en la película de Niccol, salen los modelos portando ropa con tintes actuales, pero con una visión totalmente alejada de la realidad.

Foto: Cortesía de la marca
Al ver los looks sólo se puede pensar en la deconstrucción: Andrew tomó los uniformes con los que actualmente vestimos (militar, motociclismo, atletismo, buceo) y los evolucionó a tal grado, que no sólo logran mantener el lujo característico de la marca, sino también, logra implementar tintes tecnológicos a los materiales de la ropa y la sustentabilidad convertidos en el contacto más cercano con el futuro.

Foto: Cortesía de la marca
Abrigos de cuero, pantalones de cintura alta y pierna ancha , sudaderas de mohair, parkas hechas con materiales transparentes, son algunas de las piezas claves de la colección; todas ellas en colores predominantemente neutros, pero con guiños de colores vivos como: verde, naranja o rosa, que nos permiten jugar con la ropa, tal como lo haríamos como con un pincel y un lienzo en blanco. Y todo eso sin ningun adorno que pueda distraernos de la esencia de la ropa y el minimalismo, salvo algunos collares que complementan la sobriedad de la colección, sin llegar al aburrimiento o a la decepción del futuro.
Estos looks se extienden sobre zapatos igual de futuristas como el concepto entero: botas de motociclista espaciales, zapatillas deportivas que simulan un calcetín y zuecos en napa de goma, son lo que más vemos caminar sobre la ciudad imaginaria de Andrew y que prometen ser tan funcionales como cómodos.

Foto: Cortesía de la marca
Siempre ha sido un ejercicio interesante y emocionante podernos imaginar cómo será la vida en 50 o cien años más tarde; qué usaremos, qué desaparecerá, cómo viviremos y qué vestiremos son algunas de las preguntas que más pensamos y por más que le demos vuelta al asunto, nunca lo sabremos. Pero saber que una marca que ha logrado adaptarse a todos los cambios desde su creación en 1927 tiene una imagen positiva del futuro, nos permite pensar que tal vez hay una utopía más allá del caos.
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