La ecléctica e indecorosa atmósfera que instauró Alessandro Michele en su disquero retorno a la moda, enfocando su religiosa visión artística en Valentino, procreó un aura súbitamente armónica, refulgente en color y excesos parroquiales en su colección Spring 2025.
Su venidera llegada se cimentó divinamente en un vasto atrio en el Dojo de París. La predecible devoción artística fue manifestada en una mágica clarividente vibra, que se estimulaba con una música espeluznante, dando inicio a un metafórica, vagabunda apacibilidad. Ese rompimiento, capturó la atención que se direccionaba no solamente en la insólita creatividad, más bien, en quienes atestiguaron tal evento.
La atención al detalle fue palpable entre los más allegados y feligreses más piadosos de la filosofía estética de Alessandro, destacando la admirable relación que lleva con el británico, Harry Styles. El cantante eligió un deliberado, colorido look otoñal, que revitaliza la temporada con una elección valerosamente brillante.
Ese glamour vintage se hizo presente en su epónimo toque que se distingue por aquel jersey naranja, adornado por un cuello baby doll isabelino, que combinaba perfectamente con esa vibra principesca que tanto adora usar. Encantadora propuesta que ondeaba por sus divertidos volantes tan Harry Styles. Esa musicalidad se afino con un par de pantalones retro, volubles por la sofisticación de sus loafers marrón – contratando una nueva era, mucho más precisa, concisa y decisiva.
Hábilmente exquisito con aquellos lentes aviator, y seductivamente maduro al añadir un digno toque aristocrático, que empareja el llamativo, sugestivo idealismo re-barroco.
PUBLICAR COMENTARIO