Un muro con fotografías, post it por todos lados con notas que solo uno entiende, colores, distintivos, texturas y más recortes, es como usualmente luce un moodboard. Un tablero de inspiración usado principalmente como la base de lo que será una próxima idea creativa, desde la remodelación de una habitación, hasta la producción editorial de una revista de moda. En el moodboard nacen las ideas en crudo de manera conceptual, pero a todo esto, ¿qué se necesita para armar uno?
Esta es una herramienta visual, que con las facilidades digitales, ya no se limita a ser plasmado en una pared. Sin embargo, es una forma de tener una perspectiva amplia de distancia, que algunas personas les puede funcionar mejor que a otras.
Cabe recalcar, que no debemos confundirlo con un collage, eso es otra cosa, pues mientras este último cumple con un propósito estético, el moodboard tiene una estrategia detrás. Es una síntesis de ideas visibles para ordenar conceptos; ideas para darle un rumbo a un proyecto en específico, principalmente estético.
De acuerdo con el sitio CEPYME news, se recomiendan los siguientes pasos para desarrollar un moodboard:
1. Palabras claves y título
Elige palabras claves que transmitan lo que quieras sentir, que definan tu proyecto. Recomiendan no pasarte con las palabras e ir a lo esencial. “Intenta limitarte a un máximo de cinco palabras. Escribe también un título para tu moodboard. Intenta no repetir las mismas palabras con tus keywords y tu título”.
2. Recopilar imágenes
Recomiendan recopilar aquellas imágenes, retales, objetos o materiales que te emocionan y ayudarán a transmitir aquello que deseas plasmar en el moodboard. “Recopilar imágenes es un momento muy agradable, es mágico, sientes la inspiración llegar. Junta retales, papeles y cosas que te hacen sentir bien, que te gustan por su color o su textura. Aunque sea digital, el moodboard no es un sencillo collage”. Así, pone bajo observación, armar los moodboards según los proyectos.
3. Filtrando y eligiendo
Al filtrar ideas se irán quedando los elementos necesarios que más te gustan; lo que más te inspira y te emociona. “Este proceso puede tardar unos días, incluso semanas, porque vas encontrando más cosas. El tiempo solo depende de ti. Cuando lo tengas claro, podrás ir fijando correctamente tu moodboard jugando con los espacios, dejando respirar los elementos, es decir, dejando un poco de vacío”.
El moodboard no solo está compuesto de imágenes o fotografías, pues se pueden acoplar para otras áreas creativas como el diseño gráfico, la escritura, diseño de moda, styling, visual merchandising, sesiones de fotografía, diseño de producción, etcétera. Por eso, se debe de recopilar todo tipo de fuente de inspriación, desde texturas, patrones, colores, frases, tipografías y hasta objetos.
Como también lo señala Feeling Studio: “Una vez consigas una estructura que te guste y con la que sientas identificada tu marca, tu moodboard estará listo. A partir de ese momento, úsalo como base para saber qué elementos determinan tu identidad”.
Referencias
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