La influencia de la moda japonesa, en el mercado occidental, ha permeado por varios años gracias a grandes diseñadores como Yohji Yamamoto y Rei Kawakubo, quienes trasladaron a Europa, talento e innovación plasmados en las tendencias del país del Sol naciente, en la década de los 80, provocando una auténtica revolución.
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Por su lado, la cultura japonesa ha sabido adaptar las tendencias como el streetwear de Nueva York, o la sastrería tradicional italiana, a prendas clásicas de su vestimenta, dando como resultado fusiones interesantes de diseño.
Así, el kimono, prenda popular y tradicional de esta nación oriental, tuvo como antecedente al kosode (una pieza básica formada por una túnica que poseía forma de “T”, la cual se ajustaba a la cintura con una faja, tanto para hombres como mujeres), que en la actualidad, en el barrio Harajuku, se pueden encontrar entre las principales tendencias del país como: el Visual Kei, Yaeba , Kawaii, Facekini, Lolita o Ganguro.
Por otra parte, su innovación, ha llevado a este país a la mejoría de técnicas de manufacturación y textiles como el denim, misma que lo convertirtió en el mejor productor de vaqueros a nivel mundial. Asimismo, cabe destacar el fuerte posicionamiento de marcas como Nylon, un referente en cuanto a los estilismos de moda japoneses se refiere.
Dos grandes exponentes
A finales del siglo XX, nombres como Yohji Yamamoto y Rei Kawakubo irrumpieron en el antiguo continente con las últimas tendencias provenientes de Japón, inaugurando una auténtica revolución en la moda.
Yamamoto es conocido por el espíritu vanguardista de sus prendas; por sus exclusivas siluetas de gran tamaño, por sus cortinas en diferentes texturas y por supuesto, por la constante presencia del color negro. Sus diseños han sido calificados como: minimalistas, futuristas, simples; llevándolos a ser expresión contemporánea de la moda masculina.
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“El estilo es el arte de mezclar, de poner en valor y de gobernar estéticamente lo que uno ama. Por lo que a mí respecta, me gusta asociar lo chic de los creadores, a lo que voy encontrado en el mercado de las Pulgas. Elegir es nuestra última libertad. Llevar ropa de ciertos estilistas es como cambiar de vida. Cuando alguno me dice: ‘Yohji, quiero llevar tu ropa’, le respondo: ‘Atento, no te fíes. No es así de simple’.” Dijo en una ocasión para la Elle de 1999.
Por su parte, Rei Kawakubo explicó: “En moda teníamos que liberarnos de la influencia de lo que se había hecho antes, en los años 20 y 30. Teníamos que alejarnos del folklore, así que decidí empezar de cero. De la nada. Para hacer cosas que nunca se habían hecho.”
Su trabajo innovador anticipó a los efectos inacabados, a las asimetrías inesperadas, a los volúmenes insensatos, a las aberturas vanguardistas, a las siluetas deconstruidas y a los patrones excéntricos.
Al respecto, Alex Badía, director de moda de la revista estadounidense WWD comenta: “Dejaron huella a nivel intelectual, conceptual y de silueta. Su influencia cambió la moda para siempre”, consagrando el legado de la moda japonesa y convirtiéndolo en un referente internacional.
“Cuando Kawakubo diseña una colección, parece absurdo, pero cuando ves a alguien desafiarse de esa manera cada temporada, entiendes que te dedicas a la moda por gente como ella”, Alexander McQueen.
“Tiene una valentía extrema. Es una persona con una gran fuerza y un espíritu poético. Cuando veo sus creaciones siento el espíritu de una niña. Una niña que todavía tiene inocencia, pero también, a la vez, una mujer luchadora que no le teme a nada”, Jean Paul Gaultier.
En conclusión, podemos ver como influencias, intercambio de ideas y vanguardia se unen en una principal característica: La especial dedicación hacia los detalles, es lo que marca la diferencia. Así, para estos diseñadores, las piezas visibles o “invisibles” de las prendas, guardan la misma importancia, cuestión que los lleva a crear piezas con un valor superior y único para el mercado.
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