Mmmm … Esto es bastante peculiar.
Con el tiempo, hemos entendido que los Premios de la Academia exigen mayor rigor y tradición, que eventualmente se traduce con la monotonía sartorial de los caballeros, pero en esta edición se rompió tal noción estética, aunque, en el after party de Vanity Fair se percibió un sobrio retroceso.
Ocasionalmente, la indumentaria masculina se ve opacada por los vestidos extravagantes, reveladores, atrevidos y lascivos que portan las estrellas femeninas, pero ni siquiera la vibra sosegada y parrandera del lugar, se atreven a explorar más allá de su dependencia por aquella introvertida estética, por algo más vivo, decadente y fragante. Esa oportunidad se esfuma con su mal sabor y austeridad.
En este caso, se denoto un uso infalible del negro, impregnado en el clasisismo estructural de un traje double-breasted — ese fue el uniforme viril que compartieron la mayoría de invitados, a excepción de Colman Domingo que portaba un encantador blazer reloj de arena lleno de brillantes y Dominic Sessa, con aquella poética blusa llena de dolka pots.
Lucían gallardos y apuestos con sus lentes y discreta joyería de reguetonero-oficinero, pero sería más cautivador una actitud más libertina y bon vivant.
Descubre a nuestros favoritos del after party de Vanity Fair 2025.
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Colman Domingo

Timothée Chalamet

Patrick Schwarzenegger

Gordon Von Steiner

Drew Starkey en Saint Laurent

Andrew Garfield en Gucci

Joseph Quinn

Cooper Kosh en Ferragamo y joyería Tiffany & Co.

Dominic Sessa en Saint Laurent

Damiano David

Louis Partridge en Prada

Nicholas Alexander Chavez en Jacquemus

Dan Stevens

Jonah Hauer-King
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