A las generaciones anteriores podría sorprenderles que los jóvenes de la generación Z prefieran comprar artículos de imitación en lugar de comprar los originales. Estos productos, a los que suele llamárseles “dupes”, incluyen bolsos baratos de imitación, productos de belleza y otros artículos, y se han convertido en los favoritos de la generación Z y los millenials más jóvenes. Comprar productos de imitación es una tradición que ha perdurado por generaciones, pero la diferencia ahora es que es común aceptar abiertamente, e incluso pregonar, que los productos que se compran y se usan no son originales.
La aceptación pública de estos productos de imitación ofrece una perspectiva interesante a la psique de la generación Z. Por un lado, parecería que estos productos van en contra de la reputación de consumo consciente de la generación Z, que se ha mostrado dispuesta a boicotear a las empresas por cualquier indiscreción. Por otro lado, pueden ser vistos como un acto subversivo, que aparentemente socava a las marcas caras e incluso al propio capitalismo. Reconocer abiertamente la preferencia por estos productos también es una forma de compartir información, otra virtud de la generación Z.
Para ser claros, los proveedores no intentaban hacer pasar los productos como reales. A diferencia de las réplicas, que intentan ser indistinguibles de las marcas conocidas, las imitaciones tienden a ser aproximaciones cercanas que no llegan a ser una falsificación real. Por ejemplo, generalmente no se copian los logotipos de marcas registradas u otros detalles exclusivos de la marca utilizados en los artículos originales.
TikTok, Instagram y otras redes sociales han contribuido al consumo de estas imitaciones. Los creadores utilizan las plataformas para publicar reseñas y consejos sobre productos duplicados, así como para ofrecer enlaces a los seguidores sobre dónde realizar la compra. TikTok incluso lanzó TikTok Shop a principios de este año, lo que facilitó a los creadores y las pequeñas empresas permitir a los usuarios comprar directamente desde la aplicación. Tanto Instagram, una unidad de Meta Platforms Inc., como TikTok, propiedad de ByteDance Ltd., tienen políticas que prohíben la venta de productos falsificados.
El aumentar la compra de las imitaciones puede ser un problema para las marcas de lujo que utilizan la exclusividad como parte de su modelo de negocio. Los bolsos Birkin y Kelly de Hermès son muy difíciles de comprar directamente al minorista y tienen listas de espera que pueden durar años. El aumento del número de influencers en las redes sociales que llevan bolsos que a primera vista parecen similares a los originales podría dañar la capacidad de la marca para hacer que el producto parezca escaso.
La mayoría de las generaciones tienen un cierto nivel de espíritu rebelde en la adolescencia y en su veintitantos. La generación Z está en la edad adecuada para querer desafiar a las instituciones y rechazar la forma en que se han comportado sus mayores, y los productos de imitación les permiten hacerlo.
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