Como parte de su historia de portada en Agosto pasado, hablé con Juan Pablo Medina sobre Guadalupe-Reyes -clic aquí para leerlo- y las ventajas de trabajar de nuevo con Martín Altomaro para el regocijo de los que los antagonizaron desde hace casi una década en Soy tu fan. Ahora, en promoción de la película, hablé con Martín Altomaro para saber su versión de la historia.
Fotografía: Esteban Fuentes
Estilismo: Emilio Castillo
Maquillaje y pelo: Davo Sthebané para Givenchy Beauty
Texto: Alejandro Peregrina
– Nunca había visto a Juan Pablo tanto con cara de niño emocionado como cuando me contó de Guadalupe Reyes y no creo que sea lo mismo de tu parte porque tú eres el que tuvo que trabajar con él…
– ¡Y él conmigo! Nos conocemos de hace mucho y nos queremos mucho y somos muy amigos y también hemos tenido nuestros altibajos como todos los amigos, pero si hay algo que entiendo de la cara de Juan Pablo es mucho debe ser haberse sentido partícipe de un proyecto que llevamos haciendo de hace mucho tiempo. Nuestra entrada al proyecto fue desde época muy temprana, de entrada ya sabíamos de qué iba y que se estaba gestando el guión. Empezamos a chingar para ver cuándo hacíamos una lectura, cuándo estaba listo el guión, pero Marco Polo hizo muy bien esa parte de no soltarnos el producto tan pronto, pero en el momento en el que ya teníamos el guión en las manos, hacíamos lecturas cada mes o mes y medio durante ocho meses y mesa de trabajo con propuestas e ideas, con anécdotas…
– ¿Cuánto alcohol hay involucrado en esas reuniones?
– Depende la temporada, porque hay momentos en que —más Juan Pablo que yo, tiene que cuidarse para un personaje y no puede beber y hay que trabajar alrededor de eso, pero a lo que voy es que eso no sucede realmente y pudimos integrar muchas cosas nuestras, sobre cómo queríamos que fuera la relación de estos dos amigos -Hugo y Luis- y cómo podían mezclarse los personajes alrededor. Fue muy rico eso, pero también después viene el proceso de filmación que todo el mundo cree que la pasamos poca madre y sí, pero es una película y que repetir 12 veces las escenas…
El personaje de Martín va de un infame oficinista que se reencuentra con un amigo party animal del pasado para una maratónica sesión del clásico Guadalupe-Reyes con una meta en específico. La premisa de la película es un poco como su proceso de producción: no todo es fun and games cuando hay que trabajar para lograr un resultado. En este caso, cumplir el maratón más imposible conocido a la hepatología.
Camisa deconstruida de Boyfriend’s Shirt.
– Fue muy rico hacer la película y fue un periodo muy disfrutable todo el proceso. Luego viene el proceso técnico que tiene mucha ansiedad del tipo que ya quieres ver los cortes, sabes que tienes que ir a corregir voces o ves el primer armado de la peli… Y el resultado es una película que yo no puedo ver esta película de manera objetiva ni clara, porque fue un proceso que empezó hace más de dos años que disfruté y agradezco mucho.
– Juan Pablo me dijo que él sintió que era una especie de cápsula del tiempo trabajar contigo y con Polo porque era un ambiente más allá de lo amistoso…
– Yo tengo amigos de toda la vida que hice trabajando, incluso mis mejores amigos llegaron así. Este grupo, en especial él y yo que no habíamos trabajado juntos en 10 años, y sin demeritar que el trabajo es una friega, lo que sale de él es muy, muy grande.
Abrigo, pantalón y camisa, Boyfriend’s Shirt. Zapatos, Salvatore Ferragamo.
– Háblame de tu personaje.
– Hugo y Luis son dos amigos que escogieron caminos muy distintos, como estos amigos que son tus hermanos del alma en alguna época y que ahora ya sólo de repente se mandan un mensajito… eso pasa con estos dos y tratamos de hacerlo si no lo más extrapolado posible, sí viviendo dos realidades bien distintas pero haciendo durante la película que, a pesar del tiempo, tengan esta amistad bien inherente aunque vean la vida de maneras distintas o aunque hubieran tenido la peor pelea. Luis es el que tomó la decisión de casarse y no sólo eso, sino que decidió hacerse de una vida que teóricamente se tiene que hacer. A Luis lo hicimos un party animal reformado que de pronto conoce a una chica que se hace su novia y eventualmente su esposa y terminó en un trabajo que lo convirtió en esa persona a la que le dicen qué hacer. También la esposa, eh y solamente va viendo hacia adelante con el objetivo de tener un mejor sueldo y un mejor puesto en la empresa. Luis puso en una cajita durante muchos años todo su pasado y dijo “ese ya no soy yo”, pero también es muy interesante como actor interpretar a ese personaje que sí tiene todas esas cosas, que las haya escondido es otra cosa.
En Martín: look total, Salvatore Ferragamo. En Davo, abrigo, Boyfriend’s Shirt.
– Hablando de este personaje sistemático y sus etcéteras, quisiera hablar sobre el trabajo y lo pesado que es y cómo si forja una parte de la personalidad y la aturde. Una persona necesita válvulas de escape, ¿cuál es la tuya?
– Hay varias. Unas adquiridas desde hace muchísimos años, que son muy ñoñas, como jugar videojuegos, pero lo que quiero decir es que yo empecé a trabajar desde muy joven haciendo funciones de títeres en comunidades rurales que daba mi mamá que daba congresos y yo iba tres veces a la semana a dar funciones para la comunidad. Montábamos, dábamos función, desmontábamos y nos regresábamos a casa. Eso, a esa edad, me hacía sentir que sólo quería jugar basquet con mis cuates o estar en la consola y me parecía una chinga absoluta y con los años aprendí que había conocido lugares increíbles, que había dado una función en lugares donde no había una televisión, que había aprendido el sentido de la responsabilidad y lo que cuesta el dinero, pero en ese momento no entendía y luego empecé a actuar. A los 15 hice mi primera película y yo tenía que ingeniármelas para que el trabajo fuera lo más sabroso posible. Antes mis válvulas eran jugar fut o basquet, la fiesta con los cuates y, repito, los videojuegos. Esos últimos dos todavía.
-¿Cuál fue el último que terminaste?
– Breathe of the wild, porque tenía una temporadita en la que no estaba trabajando y venía de hacer dos películas seguidas.
Saco, camisa y pantalón, Boyfriend’s Shirt. Zapatos, Salvatore Ferragamo.
– ¿Y ya cambió tu perspectiva del trabajo?
– Lo que pasa es que al haber empezado tan chavo y aunque tuve procesos y gente y proyectos increíbles, perdí un poco de perspectiva, pero de unos cinco años para acá empecé a disfrutar mi carrera de otra manera. Sí es una chinga y sí es muy matada, con muchas cosas que se tienen que hacer que no te dejan parar y hacer, pero cada día la disfruto más. Me quejo porque soy una persona que se queja porque así soy yo, pero la neta es que lo disfruto muchísimo y cada disfruto más el chance y la oportunidad de tener chamba porque cada día la disfruto más… no ver mi trabajo como actor, sino los procesos.
Guadalupe Reyes ya está disponible en cines.