Este año uno de los acontecimientos más importantes en el mundo de la moda ha sido la disolución de los roles de género. Esto dio pie al uso de prendas y accesorios genderless, o lo que es igual a ponernos lo que queramos sin importar si está hecho para él o para ella. Y no, no se trata solo de una simple tendencia, sino de todo un movimiento que ha logrado establecerse ya desde hace algún tiempo y que, tal parece, ha alcanzado su pico en 2019 de la mano de la inspiración barroca.
Los detalles siempre han hecho la diferencia en el outfit de cualquier persona. En el caso particular del hombre -por lo menos en esta era- con el uso de un collar, una pulsera, un reloj o un bolso buscaba verse sofisticado y distinguido. Con la implementación del estilo barroco lo que ahora pretende alcanzar es el embellecimiento a través de la opulencia.
Es gracias, en buena medida, a que el hombre comenzó a abrazar su lado femenino y a hacerlo con orgullo, que estos sucesos se estén dando. Uno de los más memorables fue en la Met Gala, cuando Harry Styles se presentó con una especie de vestido de encaje y con trasparencias, zapatos de tacón y para rematar con un pendiente de perla -como sacado de una pintura- Otra celebrity que se ha hecho notar por sus fastuosos looks es el actor Ezra Miller, quien disfruta de acaparar la atención de los fotógrafos no solo con sus llamativos vestuarios, también, han sido los complementos los que lo han puesto en el foco, principalmente en las red carpets. También, los raperos portan ornamentos con toda seguridad. Como es el caso de A$AP Rocky, quien acompaña muchos de sus looks con collares de grandes perlas.
Las grandes firmas han sido parte de esta oleada. Gucci, de la mano de Alessandro Michele, siempre se ha distinguido por sus desfiles recargados de referencias artísticas. Más recientemente Giambattista Valli, en colaboración con H&M, nos regaló una colección llena de notas barrocas. En ella encontramos bordados, brocados dorados, animal print, camisetas con perlas y demás piezas que no estaban exentas de polémica, pero que es precisamente en la falta de discreción en la que radica su atractivo.
Lo más importante es señalar que nada de esto hubiera sido posible si se siguieran esos viejos códigos de “masculinidad”, ya que muchos de estos objetos se consideraron por mucho tiempo exclusivos para la mujer. Y aunque algunos se nos han etiquetado como “badseñoritas”, no hay nada más manly que buscar la igualdad entre mujeres y hombres -y la moda ha sido un buen móvil para conseguirlo-