Los mejores relojes de carrera provienen de una tradición del rendimiento en el mundo del alto octanaje, que se remonta a más de un siglo; ya sea porque tienen el icónico estilo retro de los años 60s o 70s ó porque están fabricados con materiales de tecnología puntera, la cual se encuentra en los coches de la F1 del Siglo XXI. Por ello estas piezas garantizan un aire de alta velocidad para todos los looks.

Los relojes de carreras están diseñados para medir con precisión el tiempo que se tarda en hacer algún movimiento, desde una vuelta en el circuito como hasta ya en época de clasificación. Gracias a las mejorías que se han tenido dentro de la tecnología relojera a lo largo de los años, muchos de estos modelos son ahora capaces de cronometrar hasta una centésima de segundo, una función que no tiene muchas aplicaciones fuera del ámbito deportivo, pero que no por ello deja de ser muy interesante.

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Iniciamos con uno de los relojes de carreras, un modelo germinal: el TAG Heuer Monaco aquel que Steve McQueen lució en la película Las veinticuatro horas de Le Mans.

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Esferas con subcontadores negros sobre fondo blanco, se ganaron el apodo de esferas panda por su parecido con el rostro de cierto mamífero, cuando salieron al mercado en la década de 1960. Con un diseño vintage y un movimiento alimentado por energía solar.

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Es difícil decidir si la oda de Tissot al mundo de las carreras de motos de Gran Prix o la réplica a escala del casco de MotoGP en el que se presenta.

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Francia ha dado al mundo algunos de los mejores pilotos de carreras de todos los tiempos. Gracias a Yema, un relojero francés con un archivo lleno de elegantes piezas vintage como esta.

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Y el premio al “Cronógrafo estilo años 60 más exclusivo” es para… Lo has adivinado.

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