Seguir dando pasos por delante en la vida no siempre es tan sencillo como se dice, la realidad es que incluso, en la monotonía de la cotidianidad se debe encontrar esa motivación que nos empuje hacia algo mejor, hacia un lugar, una actitud; un panorama que nos haga sentir más realizados que ayer. No parece ser algo imposible de conseguir, pero resulta complicado ver ese sentimiento estimulante como algo extraordinario cuando en el día a día se llega a tornar común y hasta obligatorio de tener; ya no se percibe de manera tan emocionante.
¿Por qué? ¿Qué acaso no todos tenemos una gracia que nos define y nos identifica? Tal vez lo que sucede es que no sabemos defender lo que nos mueve por dentro, lo que nos hace despertar cada día con esa sensación de que el hoy es diferente a cualquier otro. Tal vez produce cierta tensión darlo todo por algo que para muchos otros resulte ser de exigua utilidad, pero que para uno implica toda una orbe de oportunidades. Tal vez debemos darle una oportunidad a eso que nos hace darle una sonrisa al futuro.
El boxeo da esa motivación. Dentro de la práctica de este deporte se deja más que el esfuerzo físico, el cansancio del cuerpo y horas de entrenamiento. Hay una voluntad por encontrar una oportunidad de demostrar la pasión con la que uno puede mostrarse tal cual es y aprovechar eso para ser mejor día con día.
Calentar los músculos, saltar la cuerda, golpear la pera, el saco o practicar con las gobernadoras es una cosa. Todo ello implica dedicación y disciplina que llega a ser demasiado exigente como para poner a pensar a cualquiera si vale la pena seguir con eso, con el despertarse temprano y salir a correr, llevar dietas estrictas, salir lo menos posible a fiestas para no desgastar el cuerpo, y una serie de cosas que uno puede pensar, le quitan el sabor a la vida. Lo que impacta, es saber que esos sacrificios no significan nada para chicos que practican este deporte con orgullo y entrega, eso es otra cosa. Es entender que la responsabilidad de cada uno contribuye a darse un cierto respeto, a ellos mismos y a sus compañeros que comparten una misma aspiración.
El boxeo no sólo es una dinámica de encuentros físicos en lo que se pretende demostrar quién es el más fuerte, quién lanza los golpes más rápido o quién tiene más agudizados los reflejos, porque si bien es cierto, que finalmente se pone en juego y se califica todo ello, también es cierto que lo que hay detrás de una preparación humaniza más este deporte y deja ver lo íntimo que puede ser para un hombre. Entre los minutos de ejercicio y descanso, mientras el sudor cae por la cara, las piernas tiemblan y respirar es todo un esfuerzo; existe un momento para reflexionar sobre qué fue lo que permite que cada uno de ellos haya llegado hasta ese momento, sin importar si fue mucho o poco el avance, pues lo único que cuenta es que nada es en vano.
Jorge López, coach de club 44, entiende perfectamente lo que conlleva liderar un club de boxeo; verlo como un centro de convivencia en el que los chicos se pueden desenvolver como quieran, dejar afuera de las puertas los problemas, el estrés de la vida diaria y entrar para encontrar entre golpes, ejercicios y cansancio la paz suficiente para concebir que el box es todo un sentimiento de satisfacción y liberación. Para él no existen diferencias a la hora de entrenar, cada miembro nuevo que llega debe sentirse parte de toda una familia en la que las metas son variadas, hay quienes quieren llegar a ser profesionales y hay quienes sólo practican por mantenerse en forma, pero al final, la visión es la misma: el amor al box.
La vida misma es como subirse a un ring de box
Se trata de entender que en ella siempre habrán duros golpes de los cuales hay que defenderse, nada se puede predisponer y ante eso, sólo queda el mantenerse de pie y dar pelea, no para demostrar una fuerza bruta ni una hazaña superficial, sino para constatar que existe algo dentro cada uno que da fortaleza y aliento para continuar con algo que se ha empezado.
Toda la inspiración que una persona busca, se puede encontrar dentro de este ambiente. Un deporte de contacto físico pone a prueba varias cosas dentro de alguien, pone el reto de tomar al deporte como algo que llega a ser sincero para cualquier chico. Si se llega a entender como una profesión, como un estilo de vida o simplemente como un pasatiempo, está bien. Lo que se debe tomar en cuenta es que se trata de un deporte que implica vivir con reglas, sacrificios, miedos, oportunidades, limitantes, pero que se convierte en un chance de hacer algo positivo y satisfactorio, y para estos chicos, eso no lo encuentran en otra cosa que no sea en las vendas, caretas o guantes.
Son demasiadas las cosas que se pueden aprender en un club de boxeo, incluso uno aprende de sí mismo y de los demás. Existe una comunidad que comparte un mismo espacio, tiempo y pasión. No es para nada importante ser etiquetado como violento, agresivo, rudo o tosco cuando cada uno sabe con lo que carga para darse la oportunidad de llegar cada día y dedicarse a algo que les gusta hacer. Ahí dentro, se dan cuenta que el compañero que tienen a lado es alguien con el que no necesitan competir, sino que es con quien pueden aprender, seguir creciendo y mantener una constancia. Son un apoyo que les permite expresarse a través de este deporte en el que se deja todo el esfuerzo y el empeño que implica cualquier otro deporte o arte, pues es eso, un arte que despierta en cada uno de ellos un sentimiento de vitalidad y vehemencia, algo que les hace sentirse parte de este mundo y con una razón de ser.
Dentro de Club 44 se pueden encontrar todo tipo de testimonios y anécdotas. Está el chico que ve hacia la profesionalización de su práctica; el que va comenzando con mucha batalla, pero que no se quiere rendir porque sabe que puede dar más de sí mismo y está el niño que con sólo 6 años, puede hacer frente a sus ideales y reconocer que es lo que quiere ser a futuro. La oportunidad de practicar este deporte no está en manejar una imagen de rudeza y fuerza bruta, sino en escrutar valores como la dedicación, la responsabilidad, la disciplina y la pasión.
El boxeo es un deporte tan noble, que antes de demostrar que se trata de pelear con alguien más, nos enseña que el primer duelo al que te hace enfrentar es contra tí mismo y esto, para que descubras realmente quién eres, los miedos que debes enfrentar, las motivaciones a las que te debes aferrar y las metas a las que quieres aspirar. Todo eso sólo te lo puede dar algo tan complejo, arduo e íntimo como lo es el box.
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