La temporada de pants o sweatpants llegó y con ello, las posibilidades de armar un look deportivo básico en otoño, lo que no significa menos emocionante y por qué no decirlo, discretamente morbosas. De la realidad al meme y del meme a una fantasía mítica, los sweatpants, clásicos en color gris, son ahora una prenda masculina, que el Internet ha puesto en la mira, gracias a su juego de sombras y caída de tela, las cuales marcan “el paquete” entre las piernas para dejar a la imaginación, lo que hay debajo de ellos.

Y para quienes no saben sobre la candente conversación al respecto, esta se desarrolló en redes sociales allá por el 2015 en Twitter, gracias a un meme de los sweatpants gray y su facilidad para hacer notar casi cualquier intimidad masculina. Después, su viralidad, le permitió crecer y mudarse a otras redes como TikTok, en donde irrumpieron con gran éxito para las nuevas generaciones.

Pero más allá de la polémica, los también conocidos como chándales o monos, son el básico de básicos que todo hombre, por lo menos tiene uno para ejercitarse. Así, la gran “temporada de los pantalones de chándal grises”, como se le conoce, se ha convertido en un objeto de deseo en ascenso. Uno de los antecedentes más mediáticos del que se tiene registro, gracias a las discusiones en Twitter y Tumblr, es un artículo de BuzzFeed de 2015 de la presentadora de pódcasts Tracy Clayton, donde dice que: “Los pantalones de chándal grises son las cosas más importantes que un hombre puede usar”.

¿Cuál es el punto de los pants grises?

En un sistema binario de géneros, cada uno tiene prendas especiales que ayudan a remarcar atributos físicos del cuerpo para mostrar su atractivo; siguiendo esta primicia, los pants deportivos son uno de ellos. Estas prendas deben ser de materiales cómodos, amplios y desde luego, en un tono de gris, aunque puede aplicarse a cualquier color, sin embargo el gris es el que mejor fama ha acumulado gracias al efecto visual al delimitar (casi) perfectamente, gracias a las sombras, el pene de quien lo viste.

La temporada otoño-invierno es el momento exacto para vestirlos a medida que las nubes se oscurecen y la temperatura desciende, pero es solo una excusa, ya que se puede utilizar en cualquier época del año. Lo realmente interesante es todo el impacto que ha causado y sobre todo, porque es una prenda básica, ordinaria, “barata” y deportiva que ha generado tanto morbo sin importar orientación sexual de los compradores.

Evan Ross Katz, escritor y presentador del pédcast Shut Up Evan, “considera que el efecto tiene que ver más con la imaginación que con algo que se puede directamente, como puede ser un sujetador o cualquier prenda erótica, pues pone el ejemplo donde las personas pueden imaginar bolas balanceándose y pensar que hay algo despierto ahí abajo, además del atractivo visual”. Menciona además, que su sensualidad es inesperada como “inocente” en algunos casos y de naturaleza cotidiana para quien lo viste y voyerista para quien lo observa.

Sexy sin esfuerzo

Con conversaciones en Internet, memes y artículos como este, la fiebre no parece cesar, lo que eventualmente deriva en una constante alimentación del fenómeno, construyendo un mito o tal vez, perpetuar una prenda masculina sexy lograda sin esfuerzo, que contrasta fuertemente con la ropa erótica de mujer, la cual demanda mostrar cada vez más piel para incrementar su efecto erótico.

Al respecto, Tina Horn, presentadora y productora del pódcast fetichista de larga duración ¿Por qué a la gente le gusta eso?, dice: “Se trata de exhibicionismo y voyerismo. El exhibicionista de los pantalones de chándal obtiene la negación plausible de que no está presumiendo (pues es una prenda típica sin el connotativo explícito de erotismo), y el voyeur de los pantalones de chándal siente la emoción de presenciar algo, como un pene, que ‘se supone, no debe estar viendo’”.

@bbarrett_b

what a precious time of the year

♬ Tainted Love – Soft Cell

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En este sentido, el voyerismo es uno de sus puntos fuertes de esta tendencia, pues para aquellos que conozcan el valor de los pantalones grises, le pueden sacan el mejor provecho al publicar una foto frente al espejo, en los baños del gimnasio con pantalones de chándal grises, mostrando un atractivo sin parecer que haya un esfuerzo real; un esfuerzo tan grande como si de un pijama se tratara. Uno de los privilegios de la masculinidad evidente.

Pero no todo debe ser de esa forma, pues para todos los hombres, también representa una manera inclusiva de mostrarse sin necesidad de tener un físico de impacto. Solo hace falta un look decente entre lo básico y el fit correcto para no solo depositar en el morbo la confianza de una buena apariencia. Pero si lo que se busca es lo contrario, unos pants grises para salir a correr un domingo en casa son siempre una opción para relajarse y relajar aquellas partes que no siempre obtienen esos privilegios.

Referencias 

Highsnobiety

GQ

Vox

 

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